Solomillo de pavo con Salsa de Kale y Calabacines

La pechuga es la carne más blanca, con menor contenido graso y un mayor aporte proteico del pavo. El solomillo, que es la joya de la corona de este ave, procede de la parte interior de la pechuga, de la zona que está pegada al costillar, y es una de las piezas más nobles del pavo.
Es una carne muy fácil de cocinar: dada su terneza no necesita cocciones largas, y su sabor suave la hacen ideal para toda la familia.

Preparación
En una cazuela con agua hirviendo escaldamos unos segundos las hojas de col kale, previamente bien lavadas y habiendo retirado los tallos.
A continuación, retiramos del agua e introducimos en un baño de agua con hielo para cortar la cocción y realzar el verde de la clorofila (si optamos por usar espinacas congeladas, nos saltaremos este paso).
Una vez las hojas estén frías, escurrimos y secamos con ayuda de un paño limpio y seco. Picamos el ajo bien fino y rehogamos ligeramente en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Antes de que tome color añadimos las hojas de kale bien secas y las salteaemos junto al ajo para envolver los sabores. Salpimentamos y añadimos la nata líquida, y dejamos cocinar unos minutos para que la nata coja todo el sabor y un poco de cuerpo.
Después, trituramos bien la salsa y la colamos en un chino y reservamos.
Cortamos el solomillo de pavo en medallones, los salpimentamos y asamos en una parrilla eléctrica o plancha untados con un poco de aceite de oliva.
Cortamos el calabacín en pequeños bastones con piel y los asamos previamente salpimentados y untados con aceite en la misma parrilla donde cocinamos los medallones de solomillo.
En un plato montamos los medallones solapándolos entre ellos y justo encima colocamos los calabacines y terminamos el plato cubriendo el fondo con la salsa de col kale que hemos preparado, un cordón de aceite de oliva virgen extra y unos copos de flor de sal, que culminarán este fantástico plato.

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