Sopa fría de tomate, frambuesa y avellana

Más allá del gazpacho, el salmorejo, el ajoblanco o la vichyssoise hay un mundo inabarcable de sopas frías que pueden surgir de nuestra imaginación.
Las sopas o las cremas frías están ligadas al verano, ya que refrescan, nutren e hidratan a partes iguales. Además, son muy fáciles de digerir y se pueden consumir en el marco de cualquier dieta. Y otra de sus ventajas es que se elaboran con productos de temporada.

Importante
Aunque dejaremos reposar la crema en la nevera para que se asienten su sabores, si la elaboramos el día anterior aún conseguiremos más matices, ergo estará mucho más sabrosa.

Preparación
Lavamos los tomates y los trocemos. Los ponemos en el vaso del robot de cocina junto al diente de ajo, el pan rallado, 2 cucharadas de avellanas y un chorro de vinagre de vino blanco. Batimos hasta conseguir una crema fina. Ponemos al punto de sal.
Trituramos las frambuesas (reservar unas pocas para decorar) y las pasamos por un chino para eliminar las pepitas. Las añadimos a la crema anterior. Emulsionamos la mezcla en el robot de cocina incorporando el aceite en hilo fino hasta que adquiera la textura deseada. Rectificamos el punto de acidez con el vinagre de Jerez y dejamos que se enfríe en la nevera durante 2 horas.
Servimos la sopa fría con una guarnición de frambuesas y avellanas picadas al momento.
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