Giacomo Puccini escribió lo que se suponía que sería su última ópera en un momento en el que, plagado de enfermedades y vejez como era, sentía que su propia agitación se reflejaba en el mundo exterior: asombroso, inestable, abrumado y aplastado por el caos. de la diplomacia europea.. Aquí, en un mundo alejado tanto geográfica como cronológicamente de su propia realidad, cedió a los poderes seductores del exotismo y el erotismo, así como su propia heroína, la princesa Turandot, se abandona a los misterios del amor y el perdón. Después de veinte años de ausencia, Turandot de Puccini fue revivido en el escenario del Teatro Real en una nueva producción del director de escena estadounidense Robert Wilson.