El matrimonio de Gail y Tom Hartman no pasa por un buen momento, en gran parte debido a la dedicación de Tom a su trabajo. Para el cumpleaños de su hijo Roarke, Gail contrata una excursión de varios días: van a descender por el río que ella conoció de joven y que ofrece buenas ocasiones para practicar rafting. Contra todo pronóstico, Tom acude al embarcadero de salida, donde Roarke conoce a tres excursionistas que inician el descenso a la vez que ellos. En realidad son atracadores que pretender huir a través de los peligrosos rápidos del río. Al quedarse sin guía, secuestran a los Hartman con la intención de que Gail los conduzca a salvo superando el innavegable Gauntlet, la convergencia de tres ríos con una caída de 90 metros en algo más de dos kilómetros.