Reseña:

PATIENT NUMBER 9, el nuevo álbum del cantante y compositor Ozzy Osbourne, ganador de un Grammy y miembro del Salón del Rock and Roll, el primer álbum que publica desde su aclamado álbum de 2020, ORDINARY MAN. Producido por Andrew Watt (que se encargó de las mismas tareas en ORDINARY MAN), el nuevo álbum supone el decimotercer disco de estudio en solitario de Osbourne. Es potente, es contundente, es histórico... es todo lo que quieres de un disco de Ozzy Osbourne y quizás más. Trabajando con el productor Watt por segunda vez, Ozzy cuenta en el álbum con unos colaboradores de lujo. El disco cuenta con los guitarristas Jeff Beck, Eric Clapton, Mike McCready de Pearl Jam, y el veterano hombre de confianza y bestia de las seis cuerdas Zakk Wylde, que toca en la mayoría de los temas. Para la mayor parte del álbum, Chad Smith de Red Hot Chili Peppers se encargó de la batería, mientras que el difunto Taylor Hawkins de Foo Fighters también hizo una participación. Un viejo amigo y antiguo miembro de la banda de Ozzy, Robert Trujillo, de Metallica, toca el bajo en la mayoría de los temas del álbum, y Duff McKagan, de Guns N' Roses, y Chris Chaney, de Jane's Addiction, aportan el bajo en algunas canciones. Por primera vez, el co-fundador, guitarrista y señor de los riffs de Black Sabbath, Tony Iommi, aparece en un álbum en solitario de Ozzy. Incluye Comic